Cuando se abren las espirales.
A veces la mejor manera de enfrentarse a la vida es ponerte ante ella, echarle valor, y decir lo que verdaderamente piensas en voz alta, dejándote la garganta en el acto y, posiblemente, el orgullo. Tras esto, sin duda, te sentirás mejor contigo mismo y aprenderás una lección que te acompañará el resto de tu …