Toma dos: prepararos…

Las paredes a veces son más que ladrillos y pintura escogida por el dueño o tu pareja.

Ahora, sentado aquí en mi salón con el ordenador delante y con ganas de vomitar en el mundo todo lo que siento, he sentido, de golpe, como estos muros que he escogido libremente me miran con ojos golosos, con hambre de que no escape de su abrazo en mucho tiempo.

Pero sé que no son ellos los que ponen esos ojitos. Lo sé muy bien.

El problema de leer más de lo que mucha gente se atreve por simple supervivencia es que sabes interpretar a los demás mucho antes siquiera de que den el paso en tu dirección. Hay veces que incluso antes de que te den la puñalada o siquiera hayan pensado en dártela. Y es que el pasado es eso nada más, un archivo de planes a volver a llevar a cabo por parte de los que se empeñan en matar la libertad, la paz y el sosiego y prefieren agarrar todo el poder posible a pesar de llenarse las manos de sangre y las suelas de los zapatos de barro con olor a traición. Todo mientras, desde luego, sonríen y les regalan palabras trucadas a los ignorantes sin sustancia gris que cree que salir a las ocho de la tarde y aplaudir es lo único que pueden hacer; porque en realidad es lo único que les dejan hacer a cambio de estar “a salvo”.

Miro a mis padres, a mi hermano, a mis amigos y al resto de personas a los que llamo colegas y con los que no me importa tomarme una cerveza de vez en cuando, y sé que si sigo las reglas establecidas va a pasar mucho tiempo hasta que pueda volver a abrazarlos. Y podría luchar contra el gigante y volver a repetir todo lo que unos pocos nos atrevemos a decir en voz alta, o podría volver a recomendaros libros y podcast publicados por aquellos mismos a los que muchos llamáis reaccionarios o tóxicos; gente que desde hace años vaticinaron lo que se nos venía encima mientras eran insultados por esos “genios” que siguen siendo los referentes a repetir de los idiotas del mundo (entre los que están la gran mayoría de nuestra estúpida sociedad de borregos que se señalan como victimas de los “malos”). Podría intentarlo, y lo haré, ¿pero de qué iba a servir? ¿De qué sirve decirle a los apesebrados que deberían abrir los ojos cuando en realidad prefieren ser asesinados por los suyos que comprender quién es el verdadero enemigo de su libertad? Además, que coño, si a la mayoría os gusta estar así, porque lo contrario sería aceptar que vuestra ideología es una mierda del tamaño de vuestro ego, y ya se sabe a hay quien prefiere morir idiota a vivir pidiendo perdón.

Así que prepararos.

Prepararos para que muera gente que conocéis debido a la pobreza o a los suicidios que ya no van a poder silenciar, prepararos para ver a vuestro alrededor colas de alimentos que no se emitirán en la televisión, prepararos para calles desiertas y negocios cerrando sin que mováis un músculo, prepararos para ver como los que os dicen qué hacer y qué no serán incapaces de daros ejemplo, prepararos para la depresión, la angustia, el hambre, la soledad, la culpa, el miedo, la completa falta de apoyo, pero sobre todo espero que estéis prepararos para que esto dure mucho, muchísimo, casi tanto como el líder quiera o le dejemos llevar el timón.

Porque no os engañéis: ellos nos han puesto así porque era más sencillo que hacer las cosas bien, que trabajar o demostrar que no son unos completos inútiles con esfuerzo y verdadero sacrificio, pero absolutamente nada de lo que nos pase les importa una puta mierda.

Ellos ya tienen nuestro dinero, sus casas, sus coches, sus paraísos fiscales y a nuestros jueces y policías: ¿qué más da todo lo demás?

Solo somos piezas de ajedrez que, pacientes, van a seguir siguiendo las reglas del juego sin rechistar. ¿O no es así?

2 comentarios en «Toma dos: prepararos…»

  1. Preparados nunca estaremos…pero debemos ser valientes… rebeldes. Eso al menos . No sólo reconocer que somos carne de cañón sino intentar convencer a alguien más que se puede pensar diferente

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