Cualquiera con dos dedos de frente ya se ha dado cuenta de que los premios literarios actuales son, en el mejor de los casos, un concurso de ver quien le come mejor la polla a los movimientos actuales y a la política mayoritaria de turno.
El Nobel a un autor negro que escribe sobre colonialismo y fascismo; el Tusquets a una mujer que escribe sobre el sufrimiento de tener un aborto de 7 meses (todo muy nuevo y actual y blablabla). En fin…
Esta prostitución no viene solo de la mano de “autores” que anteponen los aplausos enlatados a su libertad creativa (en el caso de que la tengan), porque si alguien quiere ser una marioneta sin personalidad pues allá él con la integridad de su alma. Los verdaderos culpables de todo esto son dos: las editoriales, y los lectores.
Los primeros, obvio, han caído en la banalidad del dinero, en la avaricia y, de nuevo, los abrazos y halagos de cartón, dejando la defensa de la cultura y las bases históricas de la literatura (encender una luz dentro de los lectores) en un segundo plano muy, MUY, alejado de las políticas progresistas de niño pequeño o los autores y su tono de piel o los genitales que tenga genitales. Lo más divertido (y lo sé de primera mano) es que muchos de ellos van de antisistemas, de anticapitalistas odiadotes de personas como Amancio Ortega y amadores del Che; cuando no le llegan ni a la suela a uno, y lo desean, y seguramente los mataría el racista del otro. Pero como ya he dicho antes, en cuanto el dinero fácil surgido de seguir la fila de ovejas les acaricia un poco los huevos, se venden al mejor postor o, incluso, a sus propias madres por conseguir un pedacito de pastel.
Los segundos, entre los que puedo incluir seguramente a muchos de vosotros (y a mi yo de hace varios años), han llevado a la literatura al hoyo a base de apagar el cerebro y tener miedo a ser señalados como parias ajenos a las corrientes de moda. Tragáis lo primero que os dicen que debéis leer sin unir dos neuronas seguidas y algo de amor propio para levantar la mano y preguntarle al que más levanta la voz POR QUÉ esa mierda que todos compran es la señalada como best-seller del momento. Es lógico que el valor a darse la vuelta e investigar, a no coger lo primero que TODOS te dicen que mola, encoje vuestros cojoncillos, pero cuando llegue el momento en que sea más difícil leer novelas de calidad que publicarlas, cuando sientas que el dinero invertido hubiese tenido mayor utilidad quemándolo, lo que tenéis que hacer es miraros al espejo y escupir ahí, porque no hay mayor culpable que vosotros mismos.
Estos tres factores (escritores de mierda, editores sin alma y lectores gilipollas) nos han llevado a tener libros premiados por grandes sellos que no valen ni para limpiarse el culo, pues sólo hay que ver la manera que tienen de venderlo y señalarlo como “lo mejor del momento”, que es del mismo nivel de marketing gastado en películas como AVES DE PRESA o LOS ÁNGELES DE CHARLIE (del 2019), para comprender que por si solos NADIE en su sano juicio querría leerlos.
La literatura actual es basura creada y distribuida por hijosdeputa vendidos consumida por anormales integrales y, poco a poco, nos está comiendo los tobillos impidiéndonos salir de la mediocridad intelectual más absoluta.
¿La solución?, pues, para empezar, volver a aprender a amar la literatura y a vosotros mismos, consumiendo lo que de verdad vais a disfrutar a largo plazo (va muy bien descargar libros y no sentirte obligado a leerlos enteros, por ejemplo), y, después, dejando de apoyar a quienes están destruyendo el presente y el futuro.
Porque sabiendo que lo único que buscan es dinero, ¿qué pasará cuando no lo consigan?
Exacto…