Lista de cosas que “no necesitaremos” en este nuevo futuro

Muchos tenemos claro que en algunos años, o pocos meses, vamos a vivir una limitación de libertad que va a dejar en bragas la peor dictadura que imaginéis o a la trama menos creíble de la distopía más payasa publicada por editoriales “modernas” o “valientes”.

Pero no vengo aquí a joderos el día; para nada.

Creo que va siendo hora, visto lo visto y lo felices que están todos los descerebrados con el camino que hemos recorrido y que todavía tenemos por delante, de que hagamos una lista de todo lo que vamos a perder, y así cuando llegue el momento de poner el culo en pompa pues, ¡oye!, al menos no tendremos que llorar tanto o tirar tantísimas cosas a la basura.

Así que sin más dilación, comencemos con ello.

 

1) libertad individual: sé que muchos ahora van a salir con eso de la defensa de la igualdad y eso de que nadie debería estar por encima de los demás… vale, me parece muy bien que tengas un panfleto bien memorizado, pero cuando a raíz de conseguir esa ansiada Igualdad te quiten todo lo que tienes porque, ¡oye, que si no lo tiene él pues tú tampoco!, o te impidan comprar, ver, leer, conducir, recorrer, visitar o disfrutar lo que te de la gana porque, ¡de nuevo, oye, eso es libertad individual y TODOS debemos hacer lo mismo y tener lo mismo!, pues supongo que se les pasará; ¿o no? Así que mejor ir haciéndoos la idea de que lo poco que tenéis o hacéis sólo vais a poder hacerlo o tenerlo si os dicen que podéis; si no, nanai del paraguay.

2) trabajo: porque al paso que van los movimientos de nuestro ilustrísimo Ministerio de Trabajo, y las cifras del paro (sobre todo juvenil y de la mujer…) que se nos vienen encima, eso de trabajar libremente en lo que queramos ganando nuestro propio dinero, está llegando a su fin. Seguramente nos meterán a todos en contratos públicos, rollo funcionarios pero sin haber estudiado una mísera oposición o tener idea de lo que hacemos (como los ministros actuales, vamos), donde estaremos bajo las ordenes del estado, que será nuestro único y todo poderoso jefe y el que nos dictará qué hacer y qué no para serle útil al sistema. Sé que muchos dicen que han leído 1984 por moda (los mismos que hablaban del Juego de Ender o la Historia Interminable en su día) pero, visto lo visto, muy pocos lo recuerdan; así que os invito a releerlo y mirar cómo y en qué trabaja el protagonista. ¿Os gusta?. Ok, entonces seguid así.

3) dinero: porque pensemos un poco: ¿para que vamos a necesitarlo si solo vamos a tener lo que al estado le apetezca? Ellos sí tendrán un almacén lleno de lo que sea, pero nosotros ya es otra cosa. Como súbditos lo mejor que podremos hacer, y seguir en paz, es pedirles amablemente todo lo que necesitemos y esperar a que como respuesta no tengamos un castigo, una señalamiento o, con suerte, un rotundo NO. Así que el dinero no va a servirnos para nada, ¡y que alegría!, porque ser esclavos de él siempre ha sido un total y completo fastidio, ¿no? Así como del capitalismo o de la obligación de trabajar para poder tener un número más elevado en las cuentas; ahora la única motivación para hacer lo que nos ordenen será las ganas que queremos que nos destripen. Perfecto. Las pequeñas y medianas empresas deben estar contentísimas con esto.

5) cultura: porque saber lo que sea ya no será importante gracias a internet, donde podremos tener a nuestro alcance, cuando necesitemos, la información que a los líderes les apetezca que sepamos; todo lo demás, por supuesto, no estará disponible. Así que leer o razonar las cosas, tratar de comprender lo que dices o te dicen o, simplemente, tu entorno y las motivaciones que te llevan a estar callado, ya no serán importantes. Tampoco lo será saber historia o ciencias, ni medicina ni biología, porque solo tendremos que hacer caso al estado que lo sabe todo, por si no lo sabías, y así seguir adelante con nuestras vidas de ovejas de camino a ser trasquiladas. No quepo en mi de la alegría.

6) futuro: debido a las limitaciones motrices y motivacionales que nos asolarán, el deseo de querer hacer algo con nuestras vidas quedará totalmente finiquitado, lo que nos acarreará una vida no muy diferente a las de las hormigas o los judíos de los campos de concentración Nazi. Nuestra mera existencia no tendrá nada que aportarnos personalmente, pues no tendremos nada más que ordenes, y eso estará bien porque no hay nada peor en la vida que tener una meta o una motivación; los que suelen tener esto son los que más trabajan y luchan para alcanzar sus sueños, ¡y nosotros no tendremos nada de eso! Así que todo genial: seremos como hojas podridas y secas movidas por un viento viciado y violento.

 

Lo que se nos viene encima hay que cogerlo con seguridad y consciencia, porque lo que se dice luchar contra él, visto lo visto y conociendo a la cantidad de foquitas a las que les parece bien este infierno, no es una opción que digamos.

Al menos a corto plazo, claro.

En algún momento los ojos se abrirán (lo más seguro cuando la mierda empiece a mancharles los bajos de los pantalones a los que ahora les parece bien seguir la flecha roja), y ese será el momento de empezar nuestra personal Fuga de Logan. Ese será el momento en que habrá que hacer lo que sea necesario para recuperar nuestros derechos.

Pero, hasta entonces, ¿qué más cosas creéis que faltan en la lista?

Actualizémosla, por favor…

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