Libertad en manos de otros

La definición oficial de LIBERTAD es “Estado o condición de la persona que es libre, que no está en la cárcel ni sometida a la voluntad de otro, ni está constreñida por una obligación, deber, disciplina, etc”.

Es decir, alguien deja de ser libre desde el mismo momento en que sus acciones o ideas quedan bloqueadas por la voluntad de otros, en su mayoría más poderosos o en un lugar jerárquico más elevado.

Vivimos un presente marcado por un sin sentido en el que muchos han encontrado su trono de acero, intocable y casi imposible siquiera de señalar, quitándole la libertad de elección a los demás. Y el problema no es solamente que cada día se añadan más prohibiciones o amenazas para que quienes no tragan con las reglas impuestas se sometan, el verdadero problema es la naturalidad con la que muchos aceptan este tipo de cosas e incluso las aplauden en la calle, la televisión, los periódicos o instituciones gubernamentales, olvidando por completo que ese señalamiento son prácticas liberticidas de manual vistas en el pasado solamente en dictaduras como la comunista o la nazi.

La ceguera global es entre insultante y preocupante, pues la libertad de algunos está quedando borrada por un bien mayor que nadie sabe siquiera explicar o defender sin caer en falsedades o la falta completa de lógica y argumentos férreos, pero los villanos son quienes defienden su libertad respetando la del resto, y no quienes mediante señalamiento y estigmatización (igual que los alemanes colocándoles estrellas a los judíos) pretenden conseguir una estabilidad social basada en la sumisión y la confianza en imperios tan obtusos y peligrosos como el farmacéutico o el de las altas esferas económicas.

El futuro del mundo, y de la poca libertad que queda en él, está en manos de personas que necesitan que todos cerremos los ojos y dejemos de hacernos preguntas cuya respuesta no pueden decirnos, está en manos de aquellos que nunca nos dicen la verdad porque con ella seríamos de verdad libres y, sobre todo, está en manos de pequeños influencers y famosillos que comen gracias a que repiten todo lo dictado por los anteriormente nombrados. Y abajo, muy abajo, estamos divididos el resto de los mortales, con unos tragando y tragando por miedo, estupidez o maldad y que han vendido su libre albedrío por dos perras, y los otros que viven aguantando y luchando por no perder su libertad mientras esquivan las pedradas, despidos, insultos, amenazas y continuas mentiras y falsedades que buscan solamente silenciar a los peligrosos; es decir, los que piensan por si mismos.

Para acabar, comparto con vosotros el siguiente poema y os hago una pregunta: ¿quién queréis ser?, ¿el que desaparece primero o el que os habla?

«Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
ya que no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
ya que no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
ya que no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
ya que no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar».

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