GRACIAS 2020

En un año de mierda como este, en el que por una cosa o por otra (pero siempre encima de la mesa la mala gestión de aquellos en los que debemos confiar) todos hemos sufrido y visto sufrir, me dispongo a hacer un ejercicio de completa locura pero que, os juro, si no hago creo que acabará explotándome la cabeza: ponerle optimismo a toda esta basura de año.

Y no digo el peor de la historia ni el peor de nuestras vidas, porque en lo primero hay que ser muy ignorante y en lo segundo un hipócrita, digo que ha sido un año muy malo, malísimo, ¡pero oye!, creo que algo bueno podemos sacar de él: esta lista de agradecimientos para esos dos patitos seguidos de unos agujeros negros por los que todos tenemos ganas que se vayan a tomar por el culo.

Allá vamos… deseadme suerte.

• Gracias 2020 por enseñarnos el verdadero significado de la mentira y la demagogia, por abrirnos los ojos a la clase política que existe en el mundo (en especial en España), que como única meta tienen el ganar cada día más y más dinero o tener más y más poder mientras nosotros les importamos menos que las mosquiteras de su destino estival. Porque gracias a ti las máscaras de muchos de ellos han caído para siempre, y los verdaderamente inteligentes JAMÁS volverán a votar a algunos de ellos. Los verdaderamente inteligentes, repito…
• Gracias 2020 por abrirme los ojos sobre los amigos que creía tener y ayudarme a apartarlos de mi lado a tiempo. Porque la confianza, la lealtad y la falta de miedo a los que dicen que mandan en nuestro mundo han puesto sobre la hoguera a tantas personas que ni te imaginas lo ligero y feliz que me levanto cada mañana sabiendo que a cada paso que doy, a cada esfuerzo que hago, las sanguijuelas no siguen adheridas a mi espalda como cuervos que esperan que te distraigas para picarte en los ojos. No les deseo ningún mal, pero sí una distancia de seguridad enorme, y para siempre.
• Gracias 2020 por regalarnos la verdadera sinceridad de los medios de comunicación españoles, cubiertos de suciedad y de dinero mugriento, cuya propaganda revanchista y sectaria ha logrado que la gran mayoría de nuestra sociedad no sepan ni tener una conversación razonada sobre el Covid sin decir alguna mentira o falsedad que haría sonrojar incluso a las babosas que habitan en las alcantarilla. También han logrado que los periódicos impresos caigan en la ruina (subvencionada, eso sí) y que muchos supuestos profesionales hayan quedado retratados como los lame-suelas y los rodilleras que siempre fueron pero, bendita hipocresía, nunca supimos identificar. Gracias, amigo.
• Gracias 2020 por las series y cine español que se ha estrenado, pues me ha dado la razón a mi y a mucha gente sobre lo estúpidamente inútil y anormal que es apoyarlos con dinero público o simplemente yendo al cine. Algunas cosas se salvan, claro, pero es tan escaso este porcentaje que es imposible catalogarlos como “cine patrio”, pues sería como llamar fruta fresca a algo que flota sobre un charco de vómitos podridos que en su día fue orgullosamente señalado como arte. Lo bueno es que la mayoría de los inútiles que lo habitan tienen los días contados, y va a ser una gozada verles suplicar por un mendrugo de pan que, por mi parte, jamás recibirán.
• Gracias 2020 por regalarnos a tanto tonto en Twitter y dejarles hacer sus mierdas y sus enormes hilos con los que se creen poco menos que genios, siendo solamente infelices con muchas características de suicidas natos. Porque no hay mayor inútil que aquel que dedica más de cinco minutos a soltar en Twitter sus gilipolleces buscando solamente que un grupo aún más grande de gilipollas les apoyen desde sus agujeros de lombriz donde se esconden del sol y los verdaderos debates de la vida real; esos de los que salen siempre calentitos y con el traseros escaldado. Y es que en el fondo los quiero y los adoro, pues no hay mayor ejemplo a seguir que aquel que no lleva a los demás a ser algo útil para la sociedad y sí para la masa de borregos que ansían poder decir en voz alta que son alguien, y no solamente esclavos de un idiota más hábil y un poco más de falta de escrúpulos.
• Gracias 2020 por los ataques recibidos y las bocas que se han abierto para insultarme o vilipendiarme, y en especial a los que han usado mi nombre para meterles miedo a unos terceros porque estos últimos, al temblar, demostraron ser mucho más inútiles e incapaces de tener una vida digna que los atacantes. Y es que los pasos que se dan en la vida son los que hacen el verdadero camino, y no las huellas que creemos dejar atrás en un ejercicio de autoengaño digno del peor de los bufones. Así que igual que las sanguijuelas del segundo punto y los gilipollas del anterior, os animo a no cambiar ni deteneros, porque solo de vuestra inmundicia, sobresaliendo de ella y dejándoos atrás, saldrán los que, como yo, pueden decir que son libres sin que el alma nos pida un poco de honradez y de cerebro.
• Gracias 2020 porque, a pesar de la mierda, he acabado tu camino con mi familia y mis verdaderos amigos al lado, riendo y jugando con nuestras vidas sin miedo al que dirán, y libres por completo a la hora de opinar, de leer y de pensar. Porque me siento orgulloso de los que han permanecido en pie y junto a mí al final de esta carrera de obstáculos, y sé que si hemos sobrevivido a esto vamos a poder con todo (menos con la muerte cuando llegue, pero ya me entiendes).
• Y gracias, 2020, por enseñarnos a todos el verdadero significado de la palabra LIBERTAD, porque han tratado de quitárnosla cada segundo de este Covid lleno de mentiras y de elucubraciones, de decir una cosa y después otra, mientras nos sonreían y hacían lo contrario a lo que nos ordenaban, y aún así muchos hemos luchado por mantener nuestra libertad intacta, pues sabíamos de antemano que es lo que más debemos defender y proteger de los que sin ella saben que seremos suyos. Porque cuando la desgracia asola la vida, cuando los golpes se hacen directos y al estómago, muchos lloramos lo justo mientras volvemos a levantarnos y nos damos la vuelta, protegiéndonos del siguiente gancho que irá directo a lo que únicamente puede convertirnos en sus esclavos: la falta de integridad, razón y verdad. Tres palabras que muchos de vosotros, y lo siento porque me afecta, no sabéis ni su olor, ni su sabor, ni su tacto; y así nos va…