Cuando el pasado te patea la boca

Estamos viviendo tiempos extraños, insultantes, violentos y llenos de ovejas agradecidas, pero a pesar de todo lo malo que pasa, y que seguirá pasando debido a que la mayoría de la ciudadanía o se queda quieta como una mierda seca o disfruta ensuciándolo como una fresca, hay algo que cada día me produce más carcajadas y me hace infinitamente feliz: el modo en que el pasado está abriéndoles el ano a muchos de los bocazas que, ahora y seguramente violados también por su vergüenza, deciden callar y mirar hacia otro lado tratando de que no se note su infinitamente bajo nivel moral.

Como no pretendo liar mucho más la madeja de hilo, voy a hacer una pequeña lista de esas que tanto me divierten, en las que brevemente (también a mi manera) colocaré a cada uno de los payasos inútiles del pasado en ese sitio al que, y lo siento más que vosotros porque en su día os apoyé y ayudé y os llamé amigos, pertenecéis.

Doy por sentado que ninguno me leerá, así que, lectores, os animo a compartir esto para que, con suerte, alguno note crecer sus almorranas y les cueste aún más sentarse en paz o mirarse al espejo sin tener arcadas.

Comencemos.

 

  • Los que se subieron a un carro podrido desde el principio: y es que estos mamarrachos son característicos desde el momento en que les oyes hablar de según qué temas sin apenas dar argumentos, pues van fuertemente agarrados de la mano de esa facilidad social que conlleva señalar o abrazar afirmaciones sin apenas leer al respecto y, al llegar a la cruda verdad, siquiera atreverse a aceptarlas o reconocer su error. Los ejemplos más cercanos de esclavitud intelectual en la actualidad son el energúmeno de Hasél, el gobierno del PSOE, el partido Podemos o los llaman facha a gente como yo; es decir, aquellos que o por falta de tiempo o pocas ganas de evolucionar llevan meses, e incluso años, tragando esa orina que les lanzan a la cara sus líderes a cada promesa o afirmación, y que no tienen nada más a la espalda que la estupidez de sus seguidores mientras ellos viven de nuestros impuestos teniendo muy a su lado a los mamporreros más leales.
  • Los que no dudaron en seguir mi ejemplo o subirse a una mochila de buenas ideas: este es más personal, pero no deja de ser muy gracioso ver como aquellos que en su momento no tenían ni las agallas ni los contactos para luchar por sus sueños, y que me utilizaron para lanzarse a la publicación de sus novelas o montaron charlas y presentaciones conmigo, de golpe y por adoptar de nuevo la misma cobardía de antaño, ahora deciden mentir, inventar, insultarme o tacharme de cosas que ni ellos se creen sólo porque, claro, tras vivir siguiendo mi sombra han conseguido un lugar tranquilo de paz, ¿y para qué agradecer o reconocer o, sin más, comportarse como personas conocedoras de que sin mí no habrían hecho nada en absoluto? Yo en su día lo hice sin buscar reconocimiento, movido simplemente por ayudar a los que eran mis amigos, y me parto de risa al ver que ahora siguen sin mejorar como autores ni personas pero siendo los nuevos amiguitos o lamiéndoles las suelas a aquellos a quienes yo mismo les presente y hablé maravillas de ellos en su día. Pero en fin, la raza humana es la única especie capaz de morder la mano que le da de comer y encima buscar excusas para hacerlo, ¿no?
  • Los tontos sectarios que apenas saben entender quién y por qué debería ser en realidad criticado en nuestro presente: que si Trump era malo, que si M.Rajoy era lo peor que nos había pasado nunca, que si Cifuentes mentía, que el Rey está exiliado, u Olona merece un cancer; es decir, en definitiva, aquellos que ahora callan cuando Biden bombardea inocentes a los dos meses de estar en el poder, o Falconeti da más dinero a sindicatos mientras sube la cuota de autónomos y deja a los okupas y la extrema-izquierda seguir jodiéndole la vida a la gente, o que no hablan de que Monedero o Echenique o Serra o Iglesias u Olmos están imputados y para escapar de los dedos acusadores buscan excusas dignas de alumnos de EGB para colocar cortinas de humo ante nuestros ojos, o no entienden que si no hay imputación contra el Rey no hay exilio sino que se ha ido solamente por pasar de los bocazas sin cultura de los medios de comunicación, o callan como puertas cuando alguien desea lo peor a una mujer libre y valiente como Olona perteneciente al partido más atacado sin argumentos del presente (aún espero argumentos por parte de muuuuuuchos de los del punto 2). El silencio de los bocazas sin cerebro es normal si lo piensas, porque sus incultas palabras sólo salen de la completa falta de valores personales o, simplemente, anormalidad supina por ser poco menos que las últimas putas del cortijo.

 

Hay muchos más sub-seres como estos, claro, pero me apetece tomarme un orujo de hierbas a su salud y, sinceramente, este tipo de desechos sociales no merecen mucho más tiempo por mi parte además de la media hora que me tardado en escribir esto (y usando únicamente dos dedos, ¡ojito!)

O deseo a todos los demás un buen fin de semana y que no seáis nunca como los anteriormente nombrados, ya sabéis, por eso de no ser tan inútiles como un sobaco en la frente.

¡Salud!

1 comentario en «Cuando el pasado te patea la boca»

  1. Totalmente de acuerdo!!!
    Estamos de mierda hasta las orejas,con una crisis brutal tanto a nivel económico como en mi caso también personal pero la gente está inmóvil y esto irá a peor solo hemos de ver que nadie habla , los pocos que lo hacemos nos discriminan y para colmo somos nosotros los fascistas.

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