Cinco lameculos y una red social.

¿Sabéis uno de mis entretenimientos inconfesables en estos días de confinamiento que nos están tocando vivir? No es ver remakes absurdos de películas de terror clásicas, ni masturbándome con cine x de transexuales (aunque al ritmo que vamos, y lo que va a durar esto, me da que al final vamos a acabar probando todas las mieles por simple aburrimiento), lo que me parece la hostia de divertido, y que hace que mis viajes al lavabo o el tiempo libre entre lectura y escritura no sea un coñazo, es leer a los voceros del gobierno actual haciendo el ridículo en las redes sociales, defendiendo lo indefendible y tratando de encontrar entre las ruinas de su ideología algo a lo que agarrarse con fuerza y, si es posible, comerle la polla una vez más. A ver que saca.

Hay muchos, y la verdad es que son muy divertidos.

También creo que las cosas más divertidas y gratificantes de la vida se descubren por uno mismo, o por sorpresa, así que en lugar de nombrar a algunos, o pasaros enlaces, voy solamente a nombrar/describir cinco de los especímenes más famosos y que pululan por ahí, y así podéis buscarlos como Pokemons por las redes y echaros unas risas en esos minutos anteriores una siesta mitológica.

¿Empezamos?

  1. El ciego de buen corazón y boca enorme: este en realidad da un poco de pena, porque suele ser alguien que en su día a día seguramente ayude a las ancianas a cruzar las carreteras, te devuelve en persona las cartas que le han puesto por error en el buzón o te dejan colarte en el super si llevas solo un par de cosas, pero esas mismas buenas intenciones, que en algunos casos son bastante enfermizas, les convierte en el perfecto pardillo para usar como catapulta por los mamporreros del gobierno, y sin duda son los primeros en comerse el pastel entero. Se les suele reconocer porque con buenas palabras, y a poder ser con alguna tontería dramática de regalo, intentan convertirte en un monstruo y una mala persona, mientras ellos siguen sin bajarse del pedestal de los inmaculados y, si eso, lloran un poco. Clavar puñales mientras dices que está mal clavarlos siempre ha sido algo característico de los que no tienen personalidad propia.
  2. Los famosos que viven con manchas blancuzcas en la comisura de sus labios: ya se sabe que aquellos que tienen un nivel intelectual bajo suelen usar a los famosos como modelos a seguir e imitar, y eso lo saben bien tanto los políticos como los propios famosos. Así que en este juego de las luchas verbales en redes no importa el problema, las víctimas o la imagen que den, porque los famosos descerebrados siempre están ahí para soltar sus tonterías y jugar con esa moneda en la que por un lado son iguales que nosotros, pero en la otra no dejan de tratarnos como simples mayordomos mucho menos preparados para la vida que ellos. Los reconoceréis porque muchos hicieron el gesto de la ceja con ZP, o se reían en sus programas del CoronaVirus antes de acabar infectados o perdiendo familiares por el camino. A veces el Karma es maravilloso.
  3. El matón iletrado: este tiene doble diversión, porque primero lo gozas mil tratando de entenderle detrás de sus faltas de ortografía el mensaje encriptado, y una vez descifras el enigma puedes pasarlo en grande contestándole con palabras esdrújulas que tendrá que buscar más tarde en su diccionario VOX (el karma… lo dicho). El problema que tienen es que suelen utilizar amenazas o insultos que a nadie le son de buen gusto, pero entonces piensas en que seguramente les dejo su novia por tenerla pequeña, que son el hazmereir en el trabajo, o que su madre le mete la bronca siempre que hace lo que sea, y entonces comprendes que lo mejor es mandarles besitos y desearles que descubran de una vez la ubicación de la biblioteca más cercana. Y, ya de paso, que lea algún libro de historia o una biografía de sus ídolos políticos, y si eso que se ponga a llorar en las esquinas.
  4. Las cacatúas de pico morado: atentos, porque este espécimen es el más divertido de todos, y además os irá de muerte para entrenar para el malo final. Estos payasos se dedican única y exclusivamente a repetir sin cesar todo lo que ya se ha demostrado que es falso o ha sido tergiversado para que se mantengan en pie sus ideales, y además creen que la repetición, igual que enseñaba Goebbels (el destino es la leche), les llevará al éxito. Yo siempre que me encuentro con alguno, casi siempre alguna, me lo paso en grande llevándolas al rincón de pensar, y eso que por el camino usan sus armas fatales, ya sabéis, que si soy un machista, un fascista, que si de derechas, que si blablabla, pero al final siempre acaban llorando en soledad sin entender qué falló. Otra cosa que las caracteriza es que suelen usar maneras gruesas y rastreras, como el bullying o el ataque personal, a la vez que dicen que estas prácticas son de gente que merece morir. Las adoro <3
  5. El boss final: aquí nos encontramos con el pez gordo de las redes, el bigotudo del Monopoly, el bicharraco final que nos quita todas las vidas al primer golpe, pero ya os digo que su poder reside en la confianza que le han regalado los demás y, por supuesto, el séquito de cucarachas que le siguen y a los que lanza sin miramientos cuando se encuentran arrinconados. Que, ya adivinaréis, es casi desde el principio o cuando le sacas algún dato irrebatible. Estos tipos, y que a veces llevan máscaras resultonas en las redes, suelen usar grandes discursos vacíos y muy parecidos a los de los puntos anteriormente nombrados, pero saben ponerle glamour y pequeñas virutas de algo parecido a la inteligencia. Por eso los esclavos que te atacan por atacarle a su lider, creen que en realidad están echándole una mano a alguien importante, sin ver que en realidad sirven a sanguijuelas sin un sitio donde caerse muerte, y que desde luego no saben rellenar un colchón o una almohada si no es con los cadáveres de los mismos que ellos juran defender. Siempre he sido optimista con el hecho de que algún día caerán bajo su propio montón de basura… y de momento hay alguno que ya lo ha hecho con todo el equipo.

Las redes sociales son, seguramente, el bien humano peor utilizado del planeta después del dinero, el paintball y los pelirrojos, pero siempre podemos sacarle buenos momentos. Esta pequeña lista es solo un ejemplo de las personas a las que responder en redes es, siempre, el primer paso para hacerte mejor persona y descubrir, de primera mano, hasta donde llegan los que se reconocen en soledad como los mayores fracasados del mundo, esas personas menos preparadas y capaces de realizar cualquier cosa, pero que la sociedad les ha colocado ahí por miedo a decriles a la cara que no valen como seres humanos.

Creo que tras esta pandemia, de verdad, va siendo hora de sacar la basura…

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