Censurando a un Maldito Blanco…

La naturaleza de una red social, por definición al menos, es unir a la sociedad mediante noticias, fotos, historias, memes, y a veces hasta bromas y tonterías varias. Supongo que en lo más hondo de nuestros corazones de seres humanos egocéntricos entendemos que el compartir algo libremente conlleva, ¿no?, que muchas veces ese “algo” no te vaya a gustar, o choque con tus ideas, o sea directamente un ataque a tus ideales y gustos culturales. Eso se entiende, ¿no? Porque últimamente el totalitarismo animado por las leyes igualitarias y la separación de roles desde un prisma muuuy dogmático está consiguiendo que nuestro día a día, nuestra libertad, se esté convirtiendo en una jaula cada vez más pequeña en la que los pajaritos más adiestrados y que cantan cuando toca, picotean a los que prefieren ir a la suya y no respetar las supuestas reglas del juego.

Vamos, lo que sería una dictadura totalitaria movida por un culto cultural.

De toda la vida, ¿no?

Pues me divierte ver cómo, cada día más, la gente se empeña en acomodarse en ese cojín relleno de rodilleras que alguien ha colocado en el rincón más cómodo de todos, ese en el que, inexplicablemente, se considera algo valiente sentarse o levantar el puño por las causas que están bien bordadas en él, arrodillándose ante cada una de las letras, hincando bien la rodilla para que nadie crea que eres capaz de pensar algo que no sea lo dictado por las redes sociales que, lo repetiré porque es importante que quede claro, supuestamente sirven para unir a la sociedad mediante noticias, fotos, historias, memes, y a veces hasta bromas y tonterías varias.

¿Y todo esto a qué viene?, pues puede que sea porque ayer, escribiendo en un hilo donde criticábamos, varios cientos de personas, la actual moda de arrodillarse ante hombres negros (como si ese chico blanco fuese culpable de algo que no ha hecho, y que ese otro chico negro de turno no han sufrido), se me ocurrió escribir sarcásticamente Malditos Blancos…, y eso “obligó” a Facebook a cerrarme la cuenta durante 7 días.

(Pausa para reírnos).

No importa que haya videos de gente negra llamando cosas peores a los blancos en general (como Spike Lee o demás famosos que están consiguiendo unas imágenes de archivo cojonudas para sus CV), o que pueden verse sin problemas videos de dueños de comercios saqueados apedreados hasta la muerte por manifestantes “anti-fascistas”, o que sigan habiendo páginas que animan a la pedofilia porque “una persona que se identifica como un menor tiene derecho a poder acostarse con menores de edad”. No, por favor, eso no hay que atacarlo y cerrarlo, esas personas no están haciendo algo ilegal que no entra en la libertad de expresión por constituir un delito de odio o de animar a cometer atrocidades; no, no. Hay que censurar las cosas fuera de contexto y que forman parte de una crítica en la que se ven atacados los pilares de la moda del momento; de aquello que está haciendo que el sistema que no les gusta se tambalee.

Hay que tener protegidos a los pajaritos que pian cuando toca, y no a los que buscan entre los barrotes qué hay más allá de la jaula.

A mí, sinceramente, me la suda mucho el secuestro de mi cuenta por parte de Facebook, porque mi vida no gira alrededor de él. ¿Pero y si la próxima vez van a por vosotros, o a por aquel que su negocio o arte depende de las redes sociales pero, ¡vaya!, ese día se le ocurre decir lo que piensa en la dirección que no toca? El mayor problema que tenemos como sociedad es que nadie se mueve hasta que la mierda les mancha, hasta que es demasiado tarde para pedir una vez más auxilio, y eso es el caminito de migas de pan que les estamos dejando a los que buscan una globalización totalitaria en la que ninguno, ni siquiera los más acomodados, vamos a poder vivir en paz.

Ser censor con blancos que solo trataban de ser sarcásticos es fácil y aplaudido cuando el dedo no señala, por ejemplo, a una figura pública como Ignatius, porque en ese caso salir disfrazado de negro e imitar a James Brown medio desnudo ante las cámaras es, ¡joder!, la leche de gracioso.

Quien pillara esta libertad de expresión, ¿no?

2 comentarios en «Censurando a un Maldito Blanco…»

  1. Querido Manu…. no puedo estar más de acuerdo con el retrato social que expones. No es una cuestión de ser o no racista, por arrodillarte o no cuando tantos los hacen. Entiendan el gesto o no, se sumen a una moda viral o no. Cualquier forma de racismo, ya sea de de blancos a negros (se puede decir negros ¿no? Sin ánimo de faltar) o de musulmanes a Cristianos, de judios a gentiles, de gitanos a payos…. merecen la misma rodilla al suelo… o al menos a mi entender. Creo que se ha confundido el sentido de todo esto. Se trataba de un maltrato policial, un abuso de poder, y habría dado igual como fuese su piel. Pero tocó negro impar y no pasa…. y ahí mismo se busca un motivo al que aferrarse para generar una recolecta de adeptos. El problema racial y en USA, no es nuevo, es una asignatura pendiente y no solo de los americanos. Creo que hay que cribar mejor todos los granos del problema y no solo dejarlo reducido a uno solo, la supremacia del hombre blanco, que aunque es una parte del problema no lo es todo ni lo único. Me llama la atención el toque crítico de esa mujer negra que pone el dedo en una de las llagas almfdcir que el problema es tb suyo. Que no hace falta la intervención del hombre blanco para poner una rodilla en el suelo. Que hay miles de motivos todos los días para hacerlo. Del mismo modo cuando en África unas tribus masacraban a otras por ser razas diferentes aún siendo del mismo color no se vio nunca un arrodillado, ni a los afroamericanos levantarse contra la opresión de sus iguales en color en un claro acto racista.. No es un problema de colores si no de humanidad. Por otra parte en todo este alboroto se demuestra cómo es posible generar un movimiento social dando con la tecla adecuada sin importar todo el conjunto de hechos. Algo que aquí se ve todos los días cuando saltan aleccionados los cachorros de tal o cual partido enrabiando eslóganes prefabricados a tal efecto. Mola ver que un siglo después y con la proyección mediática adecuada las mentiras repetidas se convierten en verdades y las verdades maquilladas y falsas en auténticas biblias y palabras divinas a base de reiteraciones machaconas. Si Goebbels hubiese tenido toda esta maquinaria tiemblo al pensar en los devastadores efectos que habría provocado. Y por otra parte seguimos cayendo en la inmediatez incendiaria de una soflama mientras por detrás las tijeras del censor acallan una y otra vez cualquier pensamiento que disienta de la ideología pura y depurada dictada por unos pocos. Yo me pregunto si los que ponen los altavoces mediáticos en forma de rrss están conchabados, untados y bendecidos por los que les permiten tener ese poder o si realmente ciertas corrientes de pensamiento han sido tan eficaces como para propagar su cáncer en todos los ámbitos colocando a sus perros rabiosos frente a las herramientas que otorgan el poder y la bendición de expresar esto o aquello… o quizás sea que ambas posibilidades sean ciertas y entonces estaremos asistiendo al mayor golpe de estado jamas perpetrado pero esta vez las balas van directas al libre pensamiento… a mi eso me da miedo .. quitar la voz y la palabra y reducirnos a clones obedientes que nada se cuestionan y de nada dudan… a mi me da que pensar …

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  2. Quién piense todavía que vivimos en democracia, es que no se entera de por dónde le viene el aire, o el aire va en su dirección acomodada de «soy de izquierdas ergo soy demócrata». Sigo el régimen de la Nueva Normalidad y me la agarró con papel de fumar con los negros, pero me importan una mierda los que no piensan como yo. Mejor, defenestrémoles a todos de las redes sociales, son todos fascistas. Creo que por menos se han empezado guerras. Aquí ya hay una en ciernes, y no son los militares los que están en las calles dando el toque de queda. Son los demócratas de izquierdas. Que Dios nos coja confesados. Malditos Blancos…

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