Tanto Gilipollas…

Estamos viviendo una época muy oscura en cuanto a inteligencia global. No es solo que los estudios demuestren que por primera vez en mucho tiempo los hijos tienen un nivel intelectual más bajo que los padres, es que directamente la masa apesebrada se regodea en su suciedad cultural sin ningún tipo de disimulo, disfrutando del hedor que desprende el ser un completo y total gilipollas.

Sí, lo se: un insulto. Pero a diferencia de lo que muchos hacen en redes, que lo lanzan y ¡PUFFF! se evaporan tras un vaho de superioridad fingida y para nada real, a continuación voy a citar y desmembrar varios ejemplos en los qué me baso para señalar que, sin ningún tipo de duda, la gran mayoría de la humanidad es gilipollas con todas las letras.

Comenzamos:

 

Los personajes que  pasaron por la gala de los “premios” Feroz: empezaré por algo tan simple que no cabe espacio a la discusión, pues sólo hace falta ver el contenido de lo que la youtuber Soy una Pringada y el tal Samantha Hudson vomitaron sobre el escenario de los “premios” Feroz para comprender que si ESO es algo que vale la pena ponerse en la televisión es que estamos muy jodidos. Y no digo que haya que impedirles decir lo que quieran, pero que se hagan bromas con ETA por el hecho de ser vasca o se insulte a la policía semi-desnudo, dice mucho de la moralidad que posees como persona y de lo apartada de la realidad que estás en realidad. Si encima subrayo que ambos cobran dinero público destinado a las televisiones y su contenido, ¿cómo lo veis? Y aún hay quién no ve con buenos ojos el pin parental…

Completos cretinos que hacen lo que sea por hacerse famosos en las redes: por si no os habéis enterado de lo que pasó (mejor para vosotros), o lo explico brevemente. Un chaval de más de 25 años salió a la calle con una cámara en una mano y una maquinilla de afeitar en la otra pretendiendo hacer bromas por la calle rapando al personal si no se hacían una foto con él y lo etiquetaban en Instagram. El caso es que en una de esas un viandante le soltó, tras mucho insistir en que le dejase en paz, al gilipollas un manotazo y la maquinilla se cayó al suelo, rompiéndose. Este, enfadado porque no entendía la reacción del viandante (empezáis a ver el nivel intelectual del individuo, ¿no?) se puso a perseguirlo amenazándolo con que le daba de hostias si no le compraba una nueva. Así que el pobre inocente comenzó a correr asustado por la violencia, y gilipollas de la cámara, gordo como estaba e inútil como una piedra en el fondo del mar, decidió tirarle la maquinilla con rabia con tan mala suerte que le dio en la cara a una señora mayor que pasaba por allí. Sangre, gritos, llamada al 112 y policía, todo esto mientras seguía grabándose todo y el gilipollas decía que el otro le había intentado robar y demás mentiras completamente descabelladas. Por cierto, TODO esto lo colgó EL GILIPOLLAS en su canal de Youtube. ¿Qué opinión os merece? ¿Merece este gilipollas algo distinto a una paliza por violento, idiota, pesado, payaso y completamente incapaz de asumir la responsabilidad de sus actos? Pues como esto, y lo sabéis porque antes ya tuvimos al “cara-anchoa”, hay cada día más: chavales de más de veinte y de veinticinco años con una visión tan distorsionada de lo que es el mundo, el trabajo, la convivencia y el respeto que, como ratas, se agarran con fuerza a la primera mierda que encuentran para creerse alguien; en este caso, Youtube.

Los quema-contenedores que no saben ni el motivo por el que salen a la calle: ayer, de nuevo, varios cientos de personas salieron a las calles de Barcelona a quemar contenedores y destrozar lo poco que queda en pie de una ciudad antaño bandera de la modernidad y el civismo. Chicos y chicas gilipollas que apenas saben el nombre del rapero preso por varios crímenes como, ¡sorpresa!, ser violento con periodistas y testigos o amenazar de muerte a políticos, pero que al tener unas estructuras familiares cercanas al completo analfabetismo y cuyos padres apenas les hablan porque nunca quisieron tenerlos (esto es sólo una suposición, pero si tu hijo sale a una hora y vuelve a otra, con violencia en las calles en ese paréntesis, o eres un padre retrasado o de los que rezan para que no vuelva el churumbel a casa cada vez que sale), descargan su rabia por las mierdas de vidas que tienen en los demás en lugar de sentarse y tratar de erguir los cimientos de sus vidas. Y lo peor es que estos gilipollas, que ojalá en el pasado hubiesen sido intercambiados por los que murieron haciendo balconing, son el futuro del país. Lo repito: EL FUTURO DEL PAÍS. En unas décadas serán nuestros doctores, abogados, políticos, enfermeros, barrenderos, ingenieros, profesores, etc, etc. ¿Veis la gravedad de no dar una buena hostia cuando es debido, padres incompetentes?

Los que se rieron de la muerte de Quique San Francisco: querido por muchos, odiado por otros, ignorado por los demás (me incluyo en esto último, pues nunca fui muy fan de su trabajo, aunque sí de sus ideas y modo de vivir), este actor y cómico recientemente murió por, bueno, la vida que había llevado libremente y que disfrutó al 2000%. Y aprovecho para acompañar en el sentimiento a familiares y amigos. Pero que una persona muera, te caiga bien o mal, JAMÁS debería ir acompañado de insultos públicos centrados en su ideología o vida privada. Y no seré hipócrita: reconozco que hay mucha gente que cuando muera abriré una cerveza para brindar por ello, ¿pero hacerlo públicamente buscando sólo el aplauso de unos compañeros de filas cegados por ideologías?, ¿en serio hay gente que se ríe públicamente de la muerte de alguien del que no compartía sus ideas y después pueden mirarse en el espejo? Pues sí, amigos, hay mucho gilipollas capa de esto y de mucho más, pero son fáciles de identificar: suelen ser los mismos que se quedan afónicos cuando la manada es española pero callan como putas cuando son magrebíes… Hipocresía, amigos… hipocresía.

Las que mañana agarrarán de los huevos su derecho a la manifestación: muchos andan por ahí defendiendo que si quieren salir las “feministas”, que salgan. Que si lo hacen con medidas de seguridad y mascarilla y demás, que lo hagan. Y estos gilipollas son los mismos que llaman a la policía si el bar de debajo de su casa está abierto, o que llamaron a una parte de Madrid cayetanos; es decir, estos son unos completos gilipollas. Porque los actos de las personas, sus discursos, sus panfletos, les colocan tarde o temprado en su sitio, y tras un año entero de mentiras, muertes, miseria, colas del hambre, negocios cerrados, suicidios, ERES, o encierros perimetrales obligatorios contrarios a los derechos del ciudadano, encima pretendan prohibir de nuevo Semana Santa y todos sus actos pero NO que mañana salgan a la calle un atajo de gilipollas que lo tienen TODO pero les han convencido de que no tienen nada (y les han convencido los mismos nuevos pijos, casta repugnante, que no han trabajado en su vida y cuyos padres o becas públicas les pagaron toda su adolescencia), es simplemente para ponerse a llorar de impotencia. Mañana muchos perderán sus máscaras definitivamente, ya sea apoyando este circo o silenciando las críticas que se merecen éstas charos gilipollas e hipócritas; y una vez más yo estaré ahí para señalarlos y dejarles claro que, ante la verdad que nos da el paso del tiempo, nada pueden hacerse. Nada.

 

Yo por suerte he pasado en el paro solamente el mes de enero, y ya vuelvo a estar trabajando en mi sector con un contrato en una empresa privada, pero mucha gente sigue comiendo mierda, llorando y rezando por llegar a fin de mes sin tener que plantearse dejar de darles de comer a sus hijos; y estos mismos son a los que estos completos gilipollas silencian con sus tonterías, a los que lanzan día tras días paladas de tierra sobre la tumba donde les ha empujado la asesina gestión de aquellos que necesitan a los gilipollas para seguir viviendo en mansiones y con coche de lujo en el garaje vigilado por guardaespaldas pagados con nuestros impuestos.

Pero no pasa nada, ¿no?

Los gilipollas se están adueñando del mundo, amigos, y tristemente le tengo que dar la razón al gran Ford Fairlane: tanto gilipollas, y tan pocas balas…

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