Luchando contra la cortina de humo

Ei, hola.

¿A cuántas personas conocéis que hayan perdido su trabajo o se estén viendo por primera vez en sus vidas haciendo cola en Caritas para conseguir una bolsa de comida que darle a sus hijos?

Lo pregunto en serio.

Porque es muy divertido reirse de los insultos al coletas (por cierto, que se joda), debatir sobre si ha hecho bien o no Falconeti yéndose de vacaciones como si la crisis no fuera con él (mi respuesta es no, y que se prepare para cuando vuelva), alabar a Cayetana Alvarez de Toledo por la elegancia con la que ha arreado al cobarde de Casado, o meterse con los que se manifestaron en contra de las mascarillas, llamándoles zombies, cuando han hecho lo mismo que los idiotas por la muerte del Floyd (y, en mi opinión, los BLM son mucho más retrasados mentales).

Es divertido, lo sé.

¿Pero nos centramos un poco? ¿Plis?

Sé que es divertido entretenerse con cortinas de humo y todo eso, es muy fácil abrir la boca y tragar con todos los cacauetes que nos tiran desde la televisión o el poder establecido, pero me parece que lo más importante ahora mismo es intentar por todos los medios que la peor de las pobrezas no nos coja de los huevos y empiece a estirar y a estirar hasta llevarnos a todos debajo de un puente, donde moriremos de hambre observando como nadie del estado nos ayuda ni nos da apoyo porque tienen mucho lío aplaudiendo a los inmigrantes ilegales infectados o a los okupas.

Asimiladlo: no somos importantes para ellos., nunca lo hemos sido, y esto que está pasando es la más demoledora prueba que podemos tener.

No les importamos una mierda. Nada de nada.

¿Y por qué estoy tan seguro de ello?, en realidad he llegado a esta verdad a base de una serie de cosas que a día de hoy, y por desgracia, muy poca gente practica porque, en fin, es un coñazo y a veces no regala algo acojedor al final del camino: leer, pensar por mi mismo, y analizarlo todo neutralmente. Solo con estas tres cositas, que si os ponéis un poco todos los días ya os digo que no da agujetas, uno puede llegar a la conclusión de que los españoles normales y corrientes, ya sabéis, esos que quieren vivir en paz y sin que haya malos rollos entre nosotros por pasados que están superados o presentes sin sentido ni interés real, no les importamos nada, porque si así fuera no estarían mareando la perdiz día tras día, consiguiendo que la inseguridad y el desprecio por el vecino creciera sin control. Eso es, en definitiva, lo que está naciendo dentro de nosotros, de todos: un odio por el prójimo tan profundo y bien construido por el estado que, en cuanto nos descuidemos, empezará una nueva guerra civil, y entonces si que estaremos jodidos de todo.

Es lo que quieren, no os engañéis ni me llaméis flipado: lo que quieren es que nos matemos entren nosotros mientras ellos siguen en sus sofás de terciopelo comiendo uvas y señalándonos como culpables de todo a cada rato libre que les den sus concubinas. Y por esa obviedad, por esa verdad que solo un ciego de espíritu sería capaz de no ver, hemos sido el pais con más muertos con millón de habitantes, y tenemos también la medalla de oro en pobreza que nos viene, paro que crece, parias de Europa, y payasos del Mundo (bueno, Argentina en eso de los payasos nos gana, pero si Don Simón se lo curra un poco más (con lo de la Unión Sovietica va bien encaminado), yo creo que les pillamos seguro). No somos los peores en todo o nos dirigimos a lo más profundo del pozo por una cuestión de mala suerte; borraros esa mierda que os han metido en la cabeza. Estamos como estamos, y vamos a acabar todos como vamos a acabar, porque ELLOS nos quieren tener ahí. No han vuelta de hoja.

La historia se repite, porque no es la primera vez que un presidente/lider ha llevado al pais a la más profunda miseria solo para tener el poder absoluto sobre ellos, o les ha mentido sistemáticamente sobre algo para que el odio quede canalizado hacia el lado contrario del que ellos se sientan, ni siquiera es nuevo lo de hacerse el gilipollas o el gracioso para poder esquivar las críticas negativas o salir a flote como ratas en un barco que se hunde. Todo lo que nos está pasando ya ha pasado antes, lo que pasa es que hasta para plagiar hay que tener buena mano, y no puede hacerlo un anormal que antepone las prisas y la mala letra a lograr un objetivo a largo plazo. No se puede hacer sin calma ni la peor de las infamias, porque entonces te pasa como al coletas y al Flaconeti: que acaban pillándote en todo, porque sin disimulo o dejándonos ver a todos las cartas que guardaban bajo la manga, no hay quien gane.

Poniéndome en modo Rappel, que me lo pasé bien en su día, les auguro a los dos, e incluyo de regalo a la Marquesa de Galapagar y al Pequenike, un futuro en el que, cuando pierdan la protección que les da su situación social, les espera el peor castigo que ninguno de nosotros podamos imaginar (y me decico a escribir y crear locuras… imaginaros).

Así que, ¿qué os parece si mantenemos en nuestras memorias todo lo que está pasando mientras nos reímos de la nueva broma de la jornada?, porque yo pienso reirme, y atacar, y criticar, pero cuando toque y sea necesario, no voy a olvidar nada de esto.

Absolútamente nada.

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