La isla desierta

Reconozcámoslo de una vez por todas: la mayoría de catalanes prefieren ser pateados después de que les roben, son expertos en excusar al violador de sus hijas, y, sin ningún tipo de duda, prefieren que un cuñado les siga reventando la cara a puñetazos a que alguien ajeno les ponga una tirita.

Quizá sea por ese pasado que muchos no superan, en el que fueron unos perdedores natos que por no saber no supieron ni llorar a sus muertos, y quizá por eso creen que la única manera de ser libres es siendo esclavizados y esclavizando a los que no opinan como ellos; ya sabéis, típico fascismo revanchista de niño pequeño, que tras recibir una guantazo del abusón no hace nada cuando este se ensaña con su amigo porque así los dos, al menos, tendrán en común las lágrimas.

La enfermedad mental de los independentistas es de tesis doctora (la misma que la mayoría de ellos ni tienen a pesar de ser “mejores” que los españoles. PD: podéis negarlo todo lo que queráis, pero SOIS españoles), pues solo así puede explicarse que tras ser robados, engañados, animados a pegarse con policías por unos tuppers sin sentido, de ver como sus trabajos se van de su comunidad autónoma, o de comerse con patatas una delincuencia extranjera que solo llena las calles de suciedad, drogas, violencia y asesinato, quieran seguir alimentando al caballo de Troya que les promete el oro y el moro y ser libres dentro de una burbuja rodeada de alambre de espino.

Solo desde la más completa de las inculturas y el menor de los amores propios y a los de su familia, puede explicarse que el independentismo siga vivo en Cataluña.

Y después lo de Illa, el mentiroso compulsivo, el de “no hacen falta mascarillas” porque no había, el que nos hizo perder millones de euros en compras de material de mala calidad, el de “hablaremos con los expertos” que no existían, el señalado globalmente como el PEOR gestor MUNDIAL de una pandemia que ya ha matado a más de 120.000 personas en España debido su baja moralidad e inteligencia a la hora de protegernos por parte de este señor, y aún así ha habido un gran número de personas que le han votado para DIRIGIR su comunidad autónoma. En serio, ¿qué lleva a una persona a votar líbremente a alguien así?, ¿qué tipo de deficientes metales viven en Cataluña? Lo pregunto en serio, me gustaría que algún votante de esos que le han dado 17 escaños más al PSC me contestara. Necesito saber el por qué, porque de lo contrario seguiré con la idea de que estas personas solo quieren ver como el mundo arde hundido en la más profunda de las ruinas, y así  disfrutar de ser los más gilipollas de todo el basurero.

No me cabe en la cabeza como el sectarismo y la estupidez pueden estar tan incrustados en el cerebro de personas que saber hacer sus necesidades sin la ayuda de nadie, que saben ir a la compra o tienen hijos que no mueren por inanición, porque, de verdad, lo que pasó ayer es digno de un pueblo bananero, de una atajo de zombis sin utilidad alguna más allá de ser movidos de un lado al otro como peones dispuestos a ser sacrificados por un bien mayor que hasta ellos saben que no existe. Que ellos, en realidad, se mueren de ganas de que en realidad sea un triturador de basura donde sus enemigos ideológicos mueran aunque sea con ellos mismos formando parte del sacrificio ritual.

El irse de Cataluña es una idea cada vez más arraigada en mí, porque me niego a seguir rodeado de racismos ideológicos y de fascismo encubierto, de odio irracional y de señalamiento constante, y desde luego es una pena que con sonrisas en sus labios y sardanas estivales estén, entre todos, lanzando a la basura una comunidad que antaño fue tan rica y prospera; dos adjetivos que ya han mutado en pobre como una rata y estancada hasta convertirse en cenizas.

La única nota de humor que nos queda es lo inmensamente inferiores y solos que se deben sentir los descerebrados, violentos y vagos de la CUP, y los mentirosos patológicos, ladrones e hijos de papa de Podemos, al tener que estar en la Generalitat oliéndoles el culo a los de VOX. Debe ser una gran tragedia que después de tantas agresiones y banderas, de tanto odio escupido sobre lo que no sabían que era suelo inerte, ahora se den cuenta que en una pelea ellos van a estar en inferioridad numérica.

Y sobre todo que, después de tanto buenísmo y justicia social, su deber ahora es atacar sin cuartel al primer negro que entra como jefe de partido en la Generalitat.

A veces el karma es maravilloso, ¿verdad?

1 comentario en «La isla desierta»

  1. A la yugular como siempre … Siento que no vayas a hacer muchos amigos pero describes el panorama como es… como tristemente es … no he podido dejar de sonreír de oreja a oreja cuando hablas de la caída en picado del partido del jorobado de Galapagar …
    Segundo aviso, en Galicia ya les enseñamos la puerta de salida y en Cataluña se les invita a hacer mutis por el foro antes de que se consume la debacle ….

    Solo un apunte. Cataluña es una parte de España sin la cual no se puede entender su historia y sus logros. Ha sido motor cultural, industrial y lugar de acogida. Forma parte del
    Patrimonio de la nación y a la vez es motivo de orgullo. La única guerra Estado – Región es la que han querido promover aquellos que esperan sacar su benéfico a costa de todos y de todo y a los que realmente se la suda todo aquello que no sea chúpate del bote. Seguidores o pollos sin cabeza tienen de sobra para poner a los pies de los caballos mientras ellos se dan la gran vida. Por eso les interesa seguir alimentando el conflicto. El problema está en los zapadores que se arriman solo por ver prosperar su negocio … como el partido del Chepas y otros especímenes de la izquierda rancia y populista … da igual como señal llamen

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